Hoy, nos unimos a Aquel que es nuestra Fuente, y descubrimos la paz ancestral que llevamos en nuestro corazón. En este artículo, exploraremos las instrucciones para la práctica de la Lección 164 de Un Curso de Milagros.
Tiempo de quietud
Comienza con un tiempo de quietud, por la mañana o por la noche, de al menos cinco minutos, idealmente treinta minutos o más. Durante este tiempo, renuncia a todas las cosas que crees desear y considera que no tienen valor real.
Limpia tu mente
Imagina que estás en la habitación de tu mente, llena de “frívolos tesoros” a los que estás aferrado. Uno a uno, elimina esos “tesoros” sin valor y limpia la habitación. Ahora, está preparada para recibir el tesoro real de Cristo.
Recibe la paz y la santidad
Deja que la habitación se llene con una paz ancestral y una sensación de santidad que el pensamiento de pecado jamás ha mancillado. Escucha a tu Padre llamándote y responde con el Cristo en ti.
Visión de Cristo
Abre las cortinas de tu mente y deja que entre la luz. Ahora, puedes ver el mundo renovado, radiante de inocencia, lleno de esperanza. Tu mente se ha convertido en el almacén de tesoros de Dios, llena de milagros.
Recordatorios cada hora
Cada hora, tómate un momento para recordar la idea de la lección y sentir tu unidad con Dios. Dale gracias por los tesoros que te ha ofrecido y pregunta qué quiere que hagas en la siguiente hora.
Unidad con la Fuente
Recuerda que todas las mentes están unidas, y que esta práctica puede cambiar el mundo. Centra tu atención en el beneficio personal: poder cambiar todo sufrimiento por dicha hoy mismo.
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