Si te haces esta pregunta es porque te has dado cuenta que no estás pudiendo ver. Aunque parezca contradictorio, es tu visión la que te está mostrando un error que deseas corregir.
Para ello debes aclararte estos 2 pensamientos:
- La oscuridad no puede ocultar nada: Sin embargo, tú puedes engañarte a ti mismo creyendo lo contrario.
- No hay nada que quieras ocultar aunque pudieras hacerlo: Solo el miedo puede hacer pensar que realmente deseas ocultar algo.
Reflexiona sobre estos 2 puntos y habrás encontrado la salida.
Corregir este error reside en la elección de no ocultar nada, ya que esto es imposible y solo un pensamiento erróneo está obstaculizando tu visión.
El miedo a ver la luz
El proceso de escapar de la oscuridad puede hacerte temer, debido a que tu corazón sabe que el lugar donde te encontrabas era un engaño . En vez de paralizarse regocíjate de saber que esto es así.
La resistencia a ver la luz es permanecer en la oscuridad
Si eliges que tus miedos a ver la luz ocupen lugar en tus pensamientos, realizarás enormes esfuerzos por mantenerte cautivo en ellos.
Cuando hayas tomado esta decisión, de no crear la ilusión del miedo, que no es otra cosa que el deseo genuino de ver, tu mente estará dispuesta a entrar en comunión y comprenderás lo que es la dicha y la paz.
¿Cuánto tiempo lleva salir de las tinieblas de la oscuridad?
Es una buena pregunta para aquellos que eligen creer que todo debe tener un proceso en el tiempo. No obstante, debes considerar el recurso del milagro, el cual sustituye a un aprendizaje que podría haber durado años, situando a la realidad en su lugar.
Para que el milagro tenga lugar debes darle permiso para que ocupe tu mente, ya que tú eres el que elige lo qué pensar. Toma la decisión de elegir pensar en la Verdad y no en ilusiones. Si temes hacerlo a voluntad permite que el milagro lo haga por ti. A él no le llevará tiempo alguno y los resultados serán inmediatos.
Si notas que el tiempo pasa y el cambio no se ha producido es porque aún no has tomado la decisión realmente. Este es el tiempo que tú has determinado que debes demorarte para ver la luz.