El poder de la verdad y la falsedad

En nuestra vida, a menudo nos encontramos sufriendo. Pero, ¿qué es el sufrimiento? ¿Es algo que realmente forma parte de nosotros? Desde hoy, abjuro de la verdad y me comprometo a abjurar también de la falsedad. Lo que sufre no forma parte de mí, no soy aquello que siente pesar. El dolor que experimento es solo una ilusión de mi mente, una creencia falsa que me limita y me impide ver la realidad.

La vida nunca muere: no hay motivos para sufrir en tu verdadero ser

Es importante recordar que lo que muere, en realidad nunca vivió. Es solo una ilusión que se burlaba de la verdad acerca de mí mismo. Hoy, abjuro de todos los conceptos que tengo de mí mismo, de todas las creencias engañosas y mentiras acerca del santo Hijo de Dios. Estoy listo para aceptarlo nuevamente como Dios lo creó, como aún es.

Padre, mi viejo amor por Ti retorna. Me permite amar nuevamente a Tu Hijo, a todos los seres que nos rodean. Soy tal como Tú me creaste, perfecto en mi esencia divina. Ahora recuerdo Tu Amor, así como el mío propio. Comprendo que somos uno, que nuestra conexión es eterna y que el sufrimiento es solo una ilusión que podemos dejar atrás.

El sufrimiento no tiene lugar en la Verdad

Es momento de liberarnos de las cadenas del sufrimiento y la falsedad. Es momento de abrazar la verdad, de reconocer nuestra divinidad y la divinidad en los demás. Cuando nos damos cuenta de que somos seres creados por Dios, que somos amor en esencia, podemos comenzar a vivir una vida plena y auténtica. Nos liberamos de las limitaciones que nos imponemos a nosotros mismos y nos permitimos ser quienes realmente somos.

El poder de la Verdad se manifiesta cuando abres su paso sin distosiones

La verdad nos empodera, nos libera de la ilusión del sufrimiento. Cuando abjuramos de la falsedad y nos abrimos a la verdad, experimentamos una transformación profunda en nuestra vida. Nos convertimos en seres conscientes, capaces de ver más allá de las apariencias y conectarnos con la realidad más elevada.

En resumen, abjurar de la falsedad y reconocer la verdad nos permite vivir una vida plena y auténtica. Nos liberamos del sufrimiento y nos abrimos a la experiencia del amor y la conexión con el divino. Es un proceso de transformación que nos lleva a recordar quiénes somos realmente y a vivir acorde a nuestra verdadera esencia divina.

La Verdad y la Falsedad: Abjurando de la Ilusión del Sufrimiento

En nuestra búsqueda de La verdad, a menudo caemos en la trampa de la falsedad. Nos aferramos a nuestras creencias limitantes y nos identificamos con el sufrimiento que experimentamos. Pero ¿qué pasaría si pudiéramos abjurar de la falsedad y aceptar la verdad tal como es?

Lo que sufre no forma parte de mí. He abjurado de la verdad. Permítaseme ahora ser igualmente firme y abjurar de la falsedad. Lo que sufre no forma parte de mí. Yo no soy aquello que siente pesar. Lo que experimenta dolor no es sino una ilusión de mi mente. Lo que muere, en realidad nunca vivió, y sólo se burlaba de la verdad con respecto a mí mismo.

Ahora abjuro de todos los conceptos de mí mismo, y de los engaños y mentiras acerca del santo Hijo de Dios. Ahora estoy listo para aceptarlo nuevamente como Dios lo creó, y como aún es. Padre, mi viejo amor por Ti retorna, y me permite también amar nuevamente a Tu Hijo. Padre, soy tal como Tú me creaste. Ahora recuerdo Tu Amor, así como el mío propio. Ahora comprendo que son uno.

La ilusión del sufrimiento

El sufrimiento es una ilusión. Es una creación de nuestra mente egoísta, que se aferra a las ideas de separación y dolor. Pero en realidad, somos seres eternos, creados por Dios en su amor y perfección. El sufrimiento no forma parte de nuestra verdadera identidad.

Cuando nos identificamos con el sufrimiento, nos estamos limitando a nosotros mismos. Nos estamos negando la posibilidad de experimentar la paz y la alegría que son nuestro derecho divino. Pero al abjurar de la falsedad, podemos liberarnos de esta ilusión y volver a la verdad.

Aceptar la verdad

Aceptar la verdad significa reconocer que somos seres divinos, perfectos tal como fuimos creados. Significa dejar de lado todas las falsas creencias y conceptos que nos han mantenido atrapados en el sufrimiento. Significa recordar que somos uno con Dios y con todos los seres vivos.

Al abjurar de la falsedad y aceptar la verdad, abrimos las puertas a la sanación y a la transformación. Nos liberamos de la carga del sufrimiento y nos permitimos experimentar la paz y la felicidad que siempre han estado presentes en nuestro interior.

El amor de Dios

Cuando abjuramos de la falsedad y aceptamos la verdad, volvemos a conectar con el amor de Dios. Nos damos cuenta de que somos amados incondicionalmente y que siempre hemos sido amados. Este amor nos envuelve y nos guía en nuestro camino de regreso a casa.

El amor de Dios nos permite amar también a nuestros semejantes. Nos libera de todo juicio y nos ayuda a ver la divinidad en cada ser humano. Nos muestra que todos somos uno y que la separación es sólo una ilusión.

Conclusión

En resumen, abjurar de la falsedad y aceptar la verdad es un camino hacia la liberación del sufrimiento y hacia la experiencia del amor incondicional. Nos permite recordar quiénes somos realmente y nos guía de vuelta a la divinidad de la que nunca nos hemos separado.

Es hora de abjurar de la ilusión del sufrimiento y abrirnos a la verdad. Es hora de recordar el amor de Dios y permitir que fluya a través de nosotros hacia el mundo. Es hora de ser uno con la verdad y de vivir en la plenitud de nuestro ser.

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